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GRACIAS

Me pegó de golpe. “De una vez”, como dicen acá.

El concepto es tan básico y tan simple que es casi obvio que pase desapercibido.


Y, si, necesito escribir del “modo viejo”, con palabras claras y estructura firme, porque estoy hablando de un CONCEPTO. Y, a mi sentir del día de hoy (porque ahora me permito libertades, viste?) necesito organizarme de este modo.


Como todas las grandes lecciones, se fue componiendo de a un montón de partecitas: sucesos anecdóticos que se me acumularon de a uno en el baúl del inconsciente hasta formar algo definido. Cantidades inimaginables de información procesada. Horas, días, años, coleccionando pequeños eslabones que me lleven a la cadena final. Casi como si te dijera que mires un castillito de arena NO como un castillito en sí, sino considerando que son millones y millones de granos de arena amontonados y unidos por la magia de la física. Así, creo yo, se gestan los grandes cambios internos.


De cualquier manera, hace tiempo que EL AGRADECIMIENTO me viene dando vueltas en la cabeza.


Un poco porque realmente me encuentro en una situación excepcional, pudiendo permitirme hacer este viaje y experimentando lo que es vivir en otro país. Y eso, obviamente, fue gracias a muchas personas.

Otro poco porque aquí estoy rodeado de mucha gente que hace de sus vidas un servicio, y (como ya sabes) soy UNA ESPONJA…

Mucho porque no puedo dejar de sorprenderme de este par de ojos nuevos con el que miro el mundo. Y, sí, el mundo resultó no ser un lugar taaaaan lindo (aunque las películas americanas y la televisión nos quieran convencer de lo contrario). Ahora tengo mayor sensibilidad a las injusticias sociales y –como siempre fui un estudioso de la condición humana- de las historias de supervivencia y superación… y de todas las historias que nunca llegan a lograrlo.


Creo que las dos cosas que terminaron de hacerme el click fueron una charla de TED/ex que vi anoche por internet y una conversación que tuve hoy.

La primera te la dejo a continuación, porque me parece súper inspiradora y divertida, y lo que más me compró fue que habla sobre la CONEXIÓN.


La segunda fue una charla que tuve hoy con Bodra, en la que con sutil frontalidad (¡gracias a Dios por eso!) me dijo, en resumen: -ale, dejá de ser tan desagradecido y disfrutá de lo que tenés… y dejá de pensar al pedo!!-


¡¡PUM!!


Unimos A con B… y se forma una línea!!! Así de fácil!! Así de obvio!!


PARA DISFRUTAR HAY QUE SER AGRADECIDO

¡NO EXISTE EL AGRADECIMIENTO SIN EL DISFRUTE!


Ni aquí en Colombia. Ni allí en Argentina. Ni en cualquier ambiente de trabajo. Ni en cualquier grupo de amigos. Ni en cualquier relación interpersonal.

Lo que hace que disfrutes algo es AGRADECIMIENTO por algo que eso te está permitiendo. Aunque solo sea el hecho de tener eso mismo.


Me pasé toda la última semana ensimismado en mi cerebro, gastando tiempo y energía en descubrir qué carajo era lo que no me dejaba disfrutar. Me enojé conmigo. Revolví y revisé todo el pasado, todas mis imposibilidades, todas las heridas mal curadas. Culpé al hecho de estar viviendo en esta zona rural y lo poco que eso me permitía estar más en contacto con la gente y los estímulos de la ciudad. Me convencí de que había algo malo conmigo. Me frustré y hasta hice berrinches por sentirme incapacitado de vivir el “ahora”. Me obsesioné con la idea de que necesitaba enamorarme YA para sentir algo de emoción y que eso justifique el esfuerzo de venirme a vivir a otro país (como si la vida, teóricamente hablando, fuera distinta en otro país… como si no necesitaras trabajar, comer, dormir, salir, y estar mal como en todos lados…). Y entonces… ¡¡PUM!!


Lo único que necesitaba hacer para recuperar mi capacidad de disfrute era frenar, y contemplar mi presente, este preciso instante, y agradecer por todas los cosas buenas que tengo aquí y ahora, y que alomejor no tendría en otro lado. Hasta las más estúpidas. ¡No importa! Y solo disfrutarlas…

Alguna vez te escribí sobre RESPIRAR. Y me olvidé… ¡Sí! ¡Me olvidé!

¡Y está bien! ¡Porque ahora lo volví a recordar!


Vivir es como andar en bicicleta.


Las herramientas siempre esperan ahí, para que las agarres cuando las necesites. Y, a veces, es necesario que se rompa otra cosa para que las vuelvas a buscar. Y la próxima vez, con un poco de suerte, recordás las herramientas que tenías guardadas un poco más rápido…


La cuestión con el disfrute es que está sobrevalorado y marketinizado, como todo hoy en día…


DISFRUTAR no es vivir cada momento como si fuera parte de un videoclip musical.

DISFRUTAR a veces es solo tomarte unos mates y AGRADECER porque justo pasaron la canción que te gusta en la radio.

DISFRUTAR es parar un toque mientras estar trabajando y AGRADECER por cómo te reíste con tu compañero hoy.

DISFRUTAR es darte una ducha a la mañana y AGRADECER porque vos SI tenés agua… y caliente!!


La alquimia del AGRADECIMIENTO es muy extraña. Y de las pequeñas cosas te lleva a las más grandes.


Está comprobado que la gente que se cree merecedora de cosas buenas vive una vida más piola. AGRADECER las cosas pequeñas, “aunque usted no lo crea”, te hace sentir merecedor de cosas mejores. Y “voilá”.


No te estoy dando ningún paracetamol new age de estos de: pensá en positivo y te van a pasar solo cosas buenas. Porque a esta altura creo que ya todos como que nos dimos cuenta que así no es como funciona esta calesita…


Pero probalo!!


Cuando estés medio oscur@, respirá hondo y empezá a agradecer. Por tus zapatillas, por la peli que te viste anoche, porque se largó a llover y justo traías paraguas… ¡No me importa! AGRADECÉ.


Lo mismo cuando te estés por boicotear a vos mism@. En el instante anterior a que pienses “todo me está saliendo bastante bien, seguro que ahora…” ¡AGRADECÉ! ¡¡Todo te está saliendo bastante bien!! ¡¡Eso es buenísimo!!


¡¡AGRADECÉ!!


Y DISFRUTALO…


…Y después me contás.


MI VIDA EN UN RENGLÓN

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