top of page

“LIGERA COMO PLUMA, TIESA COMO TABLA”

Si tenés más o menos mi edad te acordás de esa frase. Es de la película “Jóvenes Brujas”.

¡Uffff…! ¡Cómo pasa el tiempo!...

En fin, me acordé de esa película (y, especialmente de esa frase) hace algunos días atrás. Y es que las cosas están cambiando mucho, y hay una parte de mí que parece no tener nada de ganas de adaptarse.

¿Será que nunca nos “adaptamos” en realidad a nada? ¿Será que vamos por la vida buscando “similares” y los disfrazamos de cosas nuevas?

Algo en mi interior no encuentra paz. Y es que estoy determinado a no buscar lo mismo. Y también, te confieso, tengo miedo a qué suceda…

Lo cierto de lo incierto es que te desequilibra.

De la noche a la mañana, todo alrededor tuyo parece más falso, o impredecible, de lo que estás acostumbrado.

Nuevo país, nueva gente, nueva casa, nuevo trabajo, nuevo idioma… Cada fibra de mi ser parece que, casi, casi, no lo puede tolerar.

Y, después, como por arte de magia, gracias a esa energía inexplicable que nos sigue a todos lados, pensé en el por qué de no estar escribiendo en el blog.

-Mmmmh… - me quedé pensando - ¿Es que no tengo nada para decir? ¡¿Con tooooodo lo que me está pasando?!

La ficha cayó al instante.

Sólo tuve que recordar uno de mis primeros post: “DECIME BOB”

¡¡Y ES QUE SOY UNA ESPONJA!!

Y, como buena esponja, sé que hay momentos para absorber y momentos para expulsar.

Este primer mes en Santa Elena fue el mes en que más información absorbí en toda mi vida. Información sobre la cultura, sobre las diferencias, sobre las similitudes. Información sobre convivir con gente nueva. Información sobre salirse de los lugares usuales. Información que había pasado desapercibida sobre mi gente y mi ciudad. Pero, sobre todo, información sobre MI.

¡Por Dios! ¡¡Cuánto estoy aprendiendo sobre mí!! Incluso en los momentos más dolorosos, en los que me encuentro expuesto a situaciones que hubiera preferido evitar, y quiero mandar todo a la mierda y volverme a “casa”.

Así que lo decidí una tarde en Santa Fe.

Santa Fe es un pueblito que se detuvo en el tiempo, de calles angostas de adoquines, iglesias preciosas, placitas pintorescas y gente sencilla. Santa Fe está en el medio de las montañas, y yo no podía parar de mirarlas, sorprendido de que ellas estuvieran allí durante tanto tiempo… ¡Wow! ¡Todo lo que habrán visto esas montañas cubiertas de vegetación! ¡Todo lo que van a ver todavía! Y yo, ahí, desintegrándome de a poco… Tratando de surfear una ola emocional que desconozco, de las peores maneras imaginables, solo y confundido, aturdido y apabullado.

“VOY A SER COMO LAS MONTAÑAS. ¡SI! ESTE ES MOMENTO DE SER COMO LAS MONTAÑAS: SÓLIDO Y ABIERTO.”

Sólido y abierto como las montañas. Porque éste es tiempo de absorber…

¡Cuánto poder tienen las frases! ¿No? ¡Qué maravilloso que es encontrarse con ese RENGLÓN que define tu situación, o una sensación desconocida, o una solución.

¡Y qué importa si es una verdad absoluta y comprobable o no!

Lo que importa es el efecto que tiene en uno, y, cuando las papas queman, cualquier recurso es válido.

EN EL AMOR Y EN LA GUERRA… Y EN EL CAMINO AL BIENESTAR… TODO SE VALE.

¡Me acordé al segundo!

“Tiesa como pluma, tiesa como tabla”

¡¡FUNCIONÓ!!


MI VIDA EN UN RENGLÓN

bottom of page