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SENTIDO COMÚN: el menos común de los sentidos

Voy y vuelvo 20 veces a las opciones, como quien abre la heladera a cada rato y se queda mirando el contenido sin saber muy bien para qué.

Voy y vuelvo porque hay días en que me cuesta ser práctico. Y me olvido del menos común de los sentidos (el que menos usamos): EL SENTIDO COMUN.


Todos conocemos la historia (de alguna película lejana) del nenito que al ver un camión atascado debajo de un puente, y luego de que los bomberos y la policía hayan pasado horas tratando de desencajarlo, propuso con ligereza desinflar las ruedas del camión para que así quede más bajo y puedan sacarlo. Obviamente fue lo que sucedió.


Los más chicos parecen estar más en contacto con este SENTIDO tan extraño. Ven la vida con linealidad, y las ecuaciones les resultan extremadamente simples.

Los grandes, en cambio, nos escudamos en que “la vida es compleja”, “hay cosas que no se pueden descifrar”, “lo que te tira, te tira”, etc., etc., etc….


-Tío… ¿Fumar hace mal?- me preguntó Agustín el otro día.

-¡Si, gordo!-

-¿Entonces por qué fumas?-


Cualquiera sabe que para llegar del punto A al punto B, la forma más sencilla es trazar una línea recta.


Yo voy algo así:


¿No te pasa que, a veces, te es imposible usar EL SENTIDO COMUN?

Y una vez que pasó el momento de crisis mirás hacia atrás y decís: Claaaaaro… ¡¿Cómo no me di cuenta antes?!


¿Disfrutamos del enredo? ¿Somos constantes boicoteadores de nuestra propia felicidad?

¿O lo simple nos parece aburrido?


Es fácil darle consejos a tu amigo, novio o vecino. Pero “cuando las papas arden” y sos vos quien tiene que dar un paso o tomar una decisión, el SENTIDO COMUN no parece COMUN en absoluto. Sobre todo si entendemos COMUN por NATURAL.



Al googlear SENTIDO COMUN seguro te cruzás con una definición como esta:


“creencias o proposiciones que se alimentan por la sociedad (familia, clan, pueblo, nación o entera humanidad)”


¿Será, entonces, que estamos programados para creer que lo simple es imposible?



Miguel de Unamuno, un filósofo español de fines del siglo XIX, dijo una frase que todavía recuerdo muy seguido:


"Hay gentes tan llenas de sentido común, que no les queda el más pequeño rincón para el sentido propio."


MI VIDA EN UN RENGLÓN

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