top of page

CIEN VOLANDO...

-Vos decidís, Ale- me dijo Bodra con su acento americano en nuestra charla por Skype anoche, y el pecho se me cerró en un soplo.


Dicen que “más vale pájaro en mano que cien volando”.

Nmmmm… No sé…


Tengo los pájaros más volados que nunca. Pero parece que a una parte mía no le hace ninguna gracia.


¡Cómo me cuesta soltar!


Las últimas semanas estoy embarcado en este maravilloso proceso de Life Coaching. Accionando como pocas veces en mi vida. Planificando y consiguiendo mis objetivos. Feliz de saber, como si fuera la primera vez, que cualquier cosa es posible siempre y cuando te lo propongas y te comprometas a hacerlo cierto.

Sin embargo, tengo mis sospechas sobre mí mismo (seguí desconfiado, Alejandro, que bien te va a ir…).


No es la primera vez que uno de estos impulsos me levanta y me lleva como sobre una alfombra mágica hasta la próxima meseta de mi vida. No es que eso tenga nada malo, tampoco. Pero me asusta un poco quedarme solo con un “montón de fórmulas nuevas”. Porque, seamos honestos, así es como trabaja la mayoría de nuestras cabezas: siempre tratando de trabajar lo menos posible, siempre buscando en lo nuevo nuevas certezas.

¡Obvio que no voy a permitir que sea solo eso! Obvio que no me quiero dormir en los laureles y que, en definitiva, todo depende únicamente de mí.


¿Por qué, entonces, cuando Bodra me dice que la decisión es mía solo puedo concentrarme en lo que tengo apretado en mi puño, en vez de en los cien pájaros que están volando?


¿A qué mentira me estoy aferrando en realidad?


De tal palo… QUE?

El que guarda… QUE?!

Al que madruga… QUE?!!!!


Lo que me aterra es que si libero al mío ya no vuelva. Que se vaya para siempre. ¿Pero no es volar la condición natural de los pájaros?


Pero 101 pájaros volando es una imagen encantadora. ¿No te parece? ¡Tiene tanto más sentido…!


MI VIDA EN UN RENGLÓN

bottom of page